Esta semana la editorial El Cuenco de Plata publicó una nueva traducción anotada de Ulises, de James Joyce. Marcelo Zabaloy con la colaboración de Edgardo Russo tradujo el texto del escritor irlandés publicado en 1922. En 1945 apareció la versión de José Salas Subirat. Treinta años más tarde, en 1976, se publicó el texto bajo la traducción de José María Valverde, a la que siguió la de Francisco García Tortosa y María Luisa Venegas Lagüéns, de 1999. «Cada uno de los dieciocho capítulos del Ulises posee su técnica propia, que requeriría un análisis especial. Sin embargo, todos tienen un rasgo común: cada pasaje, cada frase, cada fragmento sólo se vuelve inteligible si es puesto en relación con otros», consideró el crítico alemán Ernst Robert Curtius sobre la dificultad del texto de Joyce.